Los madrileños estamos de enhorabuena esta primavera porque ha llegado a la ciudad una invasión de cuadros impresionistas! Y es que dos de los museos más importantes de Madrid han dedicado sendas exposiciones temporales a estos grandes genios. Me refiero al Museo Thyssen-Bornemisza y a la Fundación Mapfre. A mí en particular me encanta el arte moderno y contemporáneo y considero que este movimiento artístico fue el comienzo de todo, la primera ruptura con la norma en pintura, y por eso no me las voy perder!
"Impresionistas y postimpresionistas. El nacimiento del arte moderno" estará hasta el 5 de mayo en la Sala Recoletos de la Fundación Mapfre. La entrada es gratuita. Esta muestra presenta, a través de 78 grandes obras maestras del Musée d’Orsay de París, el desarrollo del final del impresionismo y del postimpresionismo. Así, arranca en 1886, cuando se celebra la octava y última exposición del grupo impresionista en la sala de exposiciones del marchante Durand-Ruel. El impresionismo evolucionará a partir de entonces hacia diferentes actitudes pictóricas, tradicionalmente definidas como postimpresionistas que, en realidad, amplifican el talante provocador del impresionismo definiendo los principios estilísticos que abrirán los lenguajes de las vanguardias del siglo XX.
Claude Monet, Londres, el Parlamento. Boquete de sol en la niebla, 1904 Óleo sobre lienzo. Musée d’Orsay, París |
Claude Monet, La catedral de Rouan. Armonía azul y oro, 1893 Óleo sobre lienzo. Musée d’Orsay, París |
Claude Monet, Estanque de las ninfeas, armonía verde, 1899 Óleo sobre lienzo. Musée d’Orsay, París |
Auguste Renoir, Las bañistas, entre 1918 y 1919 Óleo sobre lienzo. Musée d’Orsay, París |
Vincent van Gogh, Autorretrato, 1887 Óleo sobre lienzo. Musée d’Orsay, París |
Por otro lado, en el Museo Thyssen-Bornemisza y hasta el 12 de mayo podemos visitar la exposición "Impresionismo y aire libre. De Corot a Van Gogh". La muestra se centra en la primera mitad del siglo XIX, cuando la distinción entre paisajes del natural y composiciones de estudio se fue desdibujando. Desde la década de 1820, artistas como Corot y Constable extendieron la práctica de la pintura del natural al conjunto de su producción, y pronto la moda de los estudios al óleo del natural se extendió a gran parte de Europa y de los Estados Unidos. Uno de los principales escenarios fue el bosque de Fontainebleau, a unos 60 kilómetros al sur de París, donde pintaron desde los artistas pertenecientes a la Escuela de Barbizon (Rousseau, Diaz de la Peña, Dupré, Daubigny, etc.), hasta Monet, Sisley, Renoir, Bazille y Cézanne. El trabajo en el taller pasó a segundo plano, y la espontaneidad y la rapidez de ejecución se convirtieron en uno de los fundamentos de su pintura.
Paul Cézanne. Peñascos en el bosque, 1893 Óleo sobre lienzo. Kunsthaus Zurich, Zurich. Suiza |
Vincent Van Gogh. Paisaje bajo un cielo agitado, 1889 Óleo sobre lienzo. Fondation Pierre Gianadda, Fondation Socindec. Martigny, Suiza |
Ferdinand Hodler. El Niesen visto desde Heustrich, 1910 Óleo sobre lienzo. Kunstmuseum, Basilea. Suiza |
Vincent Van Gogh. El hospital de Saint-Rémy, 1889 Óleo sobre lienzo. Hammer Museum, Los Ángeles. Estados Unidos. |
Joaquín Sorolla y Bastida. Mar y rocas de San Esteban, Asturias. 1903 Óleo sobre lienzo. Museo Sorolla, Madrid |
¿Qué os parece, os animáis a visitar alguna de estas exposiciones?
¡Hasta pronto!